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Toda empresa es hoy en día consciente de las posibilidades que Internet ofrece en la distribución de sus productos y servicios. Ideas comerciales son fácil de llevar a práctica. Por otra parte, al mismo tiempo, Internet encara a diferentes empresas creando una competición entre ellas aunque éstas se encuentren a cientos de kilómetros de distancia. Competidores que ya existían persiguen a menudo a los que infringen contra la legislación de la competencia desleal para no sufrir desventajas. A causa de la anonimidad de internet el perseguir a diferentes competidores no encuentra barrera psicológica alguna como pasaría al perseguir competidores de la misma ciudad. Muchos creen que el presentarse como „vendedor privado“ ayuda pero la verdad es que, según la legislación, son clasificados como empresarios por la venta de pocos artículos.
Al mismo tiempo se producen también sanciones abusivas por parte de vendedores dudosos.
Muchas declaraciones de omisión están a menudo escritas de tal manera cuya firma es una infracción previsible en el futuro y por ello se produce una pena contractual. En este caso se debería de pedir consejo especializado.
Según la jurisprudencia se trata de infracción el uso de cláusulas inefectivas en términos y condiciones generales de contrato. Sólamente aquellos cuya presencia en internet o mensajes publicitarios hayan sido examinados, deberían presentarse en el mercado.